En los actuales momentos de nuestra Escuela de Ciencias de la Comunicación y como gesto de correspondencia a la solidaridad evidenciada por el Lic. Héctor Salvatierra ante los ataques de que he sido objeto por publicaciones anónimas de gente cercana a Sergio Morataya, Director de nuestra unidad académica, me gustaría dejar claro lo siguiente:
1) Siempre he creído que las instituciones son reflejo de quienes las dirigen y en los actuales momentos, veo con preocupación en nuestra ECC la falta de armonía y buenas relaciones humanas, centralización del poder, e irrespeto a las necesidades humanas; porque es evidente que la presión psicológica que ejercen las autoridades a nivel docente, estudiantil y administrativo vulneran nuestros derechos humanos.
2) Tomando en cuenta que el comportamiento ético, el liderazgo, la solidaridad y el compromiso personal con el desarrollo académico deberían ser la base en una unidad académica como la nuestra, lamentablemente veo que no hemos avanzado, por el contrario, observo arreglos cosméticos que disimuladamente han obviado la función social de nuestra escuela, apostándole a un sistema de tecnología que no llena las expectativas de los sectores de estudiantes, docentes y trabajadores administrativos.
3) Sobre la indicación que soy payaso, es lamentable que alguien que se precia de San Carlista no sepa distinguir entre un Rey Feo Universitario y un payaso. Y si lo que he hecho en 31 años de haberle dado vida a Maclovio Trompa de Hule es hacer reir, prefiero eso, que generar lágrimas de frustración, tristeza y dolor por ver como se irrespetan los elementales derechos de muchos colaboradores de nuestra escuela.
Considero que las personas que administran nuestra ECC deben tener capacidad de diálogo, entendimiento y sentido común, en pocas palabras, ser buenos seres humanos, que además cumplan y hagan respetar las disposiciones, normas y leyes, a todos por igual. Deben ser capaces de armonizar el trabajo en equipo, sin pretender únicamente llevar agua a su molino.
Recuerden que todos estamos en el mismo barco. En este nuevo proceso electoral es importante que nos enteremos, leamos, comprendamos y respetemos los diferentes criterios.
Para que la ECC vuelva a tener el brillo que perdió, es necesario que consultemos, nos involucremos y tengamos como meta, que nuestra unidad académica es mucho más que diferentes jornadas, es un conjunto de seres humanos interesados en ganar la confianza y con responsabilidad profesional, lograr la excelencia en cada uno de los actos de nuestra vida.
