@victorivanplus La corruptona
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En la Usac el trafico de influencias deviene a la capacitad de un estudiante exacta mente en derecho vale mas dinero carita y posición social para que te den tu titulo por que mientras unos morimos de hambre en las calles otros con corrupción tienen trabajo y títulos universitarios aun que sean fraudulentos pero los obtiene.
“Justicia de Papel”
En la Universidad del Derecho de la capital de Guatebala del Día, una institución que alguna vez se jactó de formar a los defensores de la justicia, se gestaba una realidad muy distinta a los valores que proclamaba.
Lucrecia Ramírez, conocida entre pasillos como "La Corruptona", era hija de un poderoso empresario con conexiones en la política y el sistema judicial. Desde su primer día en la universidad, jamás asistió a una clase completa ni presentó un examen sin “arreglar” algo por debajo de la mesa. Los profesores sabían que, con ella, más valía cerrar los ojos y aceptar el sobre manila que llegaba con puntualidad a cada parcial.
En contraste, estaba Leonel Mejía, un joven de origen humilde, trabajador incansable, que estudiaba de noche después de jornadas agotadoras vendiendo pan en los semáforos. Soñaba con convertirse en abogado para defender a los que, como él, habían sido invisibles para el sistema. Sacaba buenas notas, se desvelaba estudiando, pero siempre enfrentaba trabas burocráticas. Cuando por fin terminó todas sus materias, comenzó a luchar por obtener su título. Pero en cada intento, un nuevo obstáculo: que el acta no aparece, que falta una firma, que se perdió su expediente. Mientras tanto, Lucrecia ya lucía toga y birrete.
Una mañana, mientras Leonel hacía fila por quinta vez para preguntar por su título, vio en la pantalla del auditorio principal la foto de Lucrecia, sonriendo con un diploma dorado en mano, anunciada como “La mejor egresada de la promoción”. Leonel sintió un nudo en el estómago.
Decidió entonces investigar. Con la ayuda de un profesor retirado, encontró registros de pagos sospechosos, actas manipuladas y correos electrónicos comprometedores. Descubrió que Lucrecia nunca completó su tesis; alguien más la escribió por ella. Los documentos hablaban por sí solos.
Leonel llevó las pruebas al Ministerio Público, pero el caso fue engavetado. Alguien más poderoso lo había cerrado. Frustrado, hizo lo único que le quedaba: publicó todo en redes sociales, con pruebas, nombres y fechas. La historia se volvió viral. Periodistas, estudiantes, activistas se sumaron al escándalo. El caso se volvió símbolo de la corrupción sistémica que infectaba la educación y la justicia en Guatebala del Día.
Lucrecia, tras semanas de presión pública, huyó del país. La universidad negó todo, pero varios funcionarios fueron removidos. Leonel, aunque aún sin título, fue invitado a hablar en foros y universidades. Se convirtió en un referente de resistencia y lucha ética.
El título nunca llegó, pero su voz alcanzó mucho más lejos.